Abstract
La protesta no se distribuye aleatoriamente en el tiempo, sino que se concentra en forma de ciclos. Los últimos tres grandes ciclos internacionales de protesta han sido los surgidos alrededor del 68, el movimiento antiglobalización en el cambio de milenio y la reciente movilización por la democracia y contra la austeridad a partir de 2010. Este artículo analiza las continuidades entre estos ciclos centrándose en el impacto cultural de los movimientos sociales a partir de la elaboración y difusión de nuevos conceptos de democracia.