Abstract
La figura de la “extinción” —o ausencia de sobrevivientes— se adoptó temprano en la escritura de la historia fueguina. Durante un mismo período, en que arriesgaron extinguirse ciertas especies animales —como el lobo marino o la ballena por la pesca, el coruro o el guanaco por las estancias—, se expandió el “Indio” como una amenaza para el ganado y, por tanto, amenazado de extinción. A fines de 1895, se inició un Sumario por vejámenes inferidos a indíjenas de Tierra del Fuego, por la captura y deportación de 165 personas. A partir del Sumario, discutiremos la figura de la extinción mostrando cómo la colonización no acabó al Indio, sino más bien lo originó como objeto —de caza, de civilización, de misión y más tarde de antropología. Aportaremos pruebas sobre el secuestro y adopción forzada de niños fueguinos como una práctica masiva, motivada por la falta de servidumbre, que involucró no sólo a misioneros, sino a funcionarios y empresarios, entre otros agentes. Sostendremos que la presencia del Indio sirviendo el espacio doméstico colonial fundó su inscripción primitiva a la vez como prehistoria con-viviente y como infancia de la historia. En fin, veremos cómo el reducto de pureza —de “cultura”— heredado por la Misión a la Antropología, no fue una astucia retórica sino una práctica concreta de infantilización. Amenazada de muerte, la Misión preparó el texto de la extinción, excluyendo la vida nativa que servía —domésticamente— fuera de ella y que, por impura, también olvidó el texto etnológico.