Abstract
De acuerdo con los resultados de un estudio realizado por la IACCM, en la actualidad, los contratos no son redactados ni funcionan como querrían sus usuarios. En general, se pone mucho énfasis en la minimización del riesgo y en los mecanismos de resolución en caso de conflicto, pero no se trabaja a efectos de que el contrato sea una herramienta para que las partes puedan cumplir con sus objetivos comerciales. Dicha situación exige un cambio de paradigma. Una alternativa al paradigma actual es el denominado “derecho preventivo y proactivo”, cuyo objetivo es el de prevenir el conflicto antes de que surja, incentivando la colaboración entre las partes e intentando que el contrato sirva como una herramienta a dichos efectos. Para ello, es necesario que los contratos sean verdaderamente comprensibles y utilizables por sus verdaderos usuarios. Una manera de procurar que así sean es mediante la aplicación de herramientas propias del Legal Design Thinking y el diseño contractual, tal como el uso de herramientas visuales: íconos, líneas de tiempo, ciclos, diagramas y tablas, entre otros. Entendemos que la utilización de este tipo de herramientas tiene plena validez legal en tanto que el principio de libertad contractual permite a las partes determinar el contenido, estilo y formato del contrato.