Abstract
Este artículo explora la construcción del crítico literario en la primera publicación de Raymond Williams, Reading and Criticism, y el estatuto que se le asigna en ella a William Shakespeare. En el desarrollo de su trabajo, el escritor galés deja entrever una paradoja. Por un lado, reconoce la importancia de las condiciones sociohistóricas en la delimitación de sujetos lectores en el marco de la democratización del acceso a la educación gratuita y obligatoria en Inglaterra. En este proyecto, el crítico deviene en pedagogo. Por otro lado, Williams sustrae el objeto y la metodología de estudio así como la propia figura del crítico literario de su marco contextual. Este artículo no concibe esta paradoja, visibilizada mediante las referencias a Shakespeare, como un desplazamiento del crítico por parte del pedagogo. Por el contrario, este último expone las limitaciones de la primera propuesta de Williams, concomitantes con la ahistoricidad a la que somete el estudio de la literatura.