Proyectar la universidad del futuro y para el futuro, no deja de ser un riesgo, especialmente, porque se corre el peligro de caer en meras especulaciones y utopías que no benefician en nada; el futuro no está escrito en ninguna parte y está todo por hacer. Con razón uno de los autores que ha trabajado el tema de la prospectiva. Con todo, se asume el riego de la impostura, sin pretender hacer “futurología”, hacer pronósticos, intentar prever o predecir el futuro, términos con los que suele hacerse este ejercicio. La futurología, se considera una seudociencia y, por lo tanto, no es el término apropiado para este ensayo. Si queremos referirnos al futuro de la universidad, el término quizás más adecuado es el de “prospectiva”, entendiéndola como un esfuerzo de la imaginación creadora y de la reflexión para identificar oportunidades y amenazas futuras que pueden impactar en las organizaciones.