Abstract
La evolución es una constante en las actividades de la sociedad y sus instituciones; desgraciadamente, la guerra es la actividad que mayor tiempo ha registrado su presencia en el mundo, su desarrollo, en muchos casos, ha sido vertiginoso. Los tratados de Osnabrück y Münster materializaron la Paz de Westfalia que puso fin a la guerra de los treinta años y dio lugar al nacimiento del Estado-Nación y con él, al establecimiento de las fuerzas que garantizarían su integridad y soberanía. Desde 1648 hasta nuestros días, estas fuerzas, que en nombre del Estado al que representan y administrando el monopolio legítimo de la fuerza, en muchos casos, han enfrentado militarmente a quienes amenazan su seguridad o impiden la consecución de sus fines políticos. A lo largo de este tiempo se han presentado cuatro generaciones de guerra, cada una de ellas con sus propias características. La guerra de cuarta generación dio lugar a una nueva dimensión en el campo de batalla y enfrenta a una amenaza no convencional, a una amenaza asimétrica, que como toda amenaza necesariamente es hibrida.