En este artículo, investigaremos cómo ocurre la intencionalidad en el mundo biológico, qué condiciones son necesarias para su manifestación, cómo los animales superiores la tratan objetivamente en sus acoplamientos estructurales con el medio ambiente, correlacionándola (intencionalidad) como fenómeno genuinamente biológico, con la dificultad de crear inteligencias conscientes e intencionales en sistemas de información cibernética complejos y artificiales. Más concretamente, nos referimos a tratar de hacerlo –como lo defiende el cognitivismo ortodoxo– en ordenadores, androides y robots, a través de arreglos de IA (inteligencias artificiales). Cabe destacar que este problema de intencionalidad está estrechamente relacionado con los problemas que ya hemos discutido en anteriores obras (Inteligencias artificiales y el problema de la conciencia; Inteligencias artificiales y los límites de la computación), en el sentido de que, sólo un sistema o ser biológico viviente es capaz de poseer estas tres facultades-propiedades importantes al mismo tiempo; a saber: conciencia, intencionalidad y emoción.