Abstract
La presencia de la orden de la Merced en la Nueva España comienza con el paso de fray Bartolomé de Olmedo junto a las huestes de Hernán Cortés como capellán; en la tradición histórica mercedaria, el fraile fue el primer evangelizador del virreinato. El objetivo de este artículo es indagar en cómo, por quiénes y por qué La Merced enfatizó a este capellán del conquistador hasta un siglo después. Se trata de demostrar que, al enfatizar la memoria de Olmedo, los mercedarios novohispanos insertaron a su orden al mismo nivel, o incluso por encima, de las órdenes mendicantes que protagonizaron la cristianización de los naturales. Recurrir a este relato permitió que a lo largo del siglo XVII se construyera un argumento retórico que las autoridades mercedarias utilizaban cada vez que pedían una limosna al rey o gestionaban una fundación en las audiencias de México o Nueva Galicia. The presence of the Order of Mercy in New Spain begins with fray Bartolome de Olmedo’s steps next to the troops of Hernan Cortes as his Chaplain during the conquest. In the Historic Mercedarian Tradition, this friar was the first missionary in the Viceroyalty, who converted Indians to Christianity. The objective of this article is to inquire into How, Who and Why the Order of Mercy emphasized this Chaplain until the Seventeenth Century. My proposal is to prove that, recovering the forgotten memory of Olmedo allowed Mercedarians to write their role in the history of Evangelization, at the same level, or above, of the Missionary Orders in New Spain. Appealing to this tradition, friars created, or invented, a rhetorical argument, during the Seventeenth, that Mercedarian authorities used every time they asked royal alms or negotiated a new foundation in Audiencias of Mexico and New Galicia.