Abstract
Lo que ocurre con el consentimiento informado no se limita solamente a una especialidad y la percepci n de una brecha importante entre la teor a y la pr ctica se da en todo el mbito de la medicina que lo requiere. Consideramos al consentimiento informado como el resultado de un proceso continuo que tiene su ra z en la relaci n m dico-paciente y que la brecha existente entre su teor a y pr ctica podr a ser disminuida mejorando la calidad de aquella. Como bioeticistas consideramos a la relaci n m dico-paciente como un mbito vivo resultante de la interacci n entre dos personas dotadas de libertad y responsabilidad. Y esta relaci n vive porque est compuesta por sentimientos, emociones y pasiones puramente humanas, expresadas y/o contenidas haciendo uso de la raz n y la voluntad para en un momento coincidir en el bien mancomunado de ambos participantes, dando lugar as al consentimiento.