Abstract
Cuando una sociedad inmigratoria experimenta graves problemas económicos, actitudes hostiles hacia la poblacióninmigrada suelen incrementarse: en este sentido apuntan teorías ampliamente reconocidas, así como una nutrida evidencia empírica.No obstante, pese a reunir las aludidas condiciones, el caso español desmiente estas previsiones: durante los primeros seis años de la crisis económica iniciada en 2008, la preocupación por el tema inmigratorio y la animosidad hacia las personas inmigradas han disminuido. ¿En qué radica esta excepcionalidad española? Este artículo retrata la situación de partida y la evolución de las actitudes desde 2008, identifica varias hipótesis explicativas, y señala sus implicaciones para las políticas públicas.