Abstract
Hoy en día se suscitan innumerables discusiones acerca del concepto “paradigma”, que si bien en su surgimiento e intención de uso para la ciencia moderna no estuvo encaminado a ser manejado en el ámbito de las ciencias sociales, sí es una certeza que son las que hoy más lo utilizan, en especial las pedagógicas. De ese modo, es común escuchar a los más diversos investigadores en la esfera educacional hablar y defender posiciones acerca de los denominados paradigmas cualitativos o cuantitativos sin ser conscientes de que, detrás de ellos, se encubre una ideología y un modo de interpretar y/o transformar el mundo que los rodea; sobre todo desde la noción de que un cambio de paradigma implica que todo comience de nuevo y que se nieguen los aportes precedentes de la ciencia de la cual se trate. Por tanto, el propósito del artículo se encamina a desmitificar el uso de ese término, al menos en lo que respecta al dominio de la investigación educacional.