Abstract
El modelo de producción actual, basado en una economía lineal de “Extraer, Fabricar, Consumir, Desechar”, hace que la cantidad de residuos que se generan sea cada vez mayor. Según la Organización de las Naciones Unidas, cada año se recolectan en el mundo una cantidad estimada de 11.200 millones de toneladas de residuos sólidos y, según el Banco Mundial, los desechos a nivel global crecerán un 70 % para 2050, a menos que se adopten medidas urgentes [1, 2]. Solo por poner algunos ejemplos, cada minuto se compran en el mundo 1.000.000 de botellas plásticas, y al año se usan en el planeta 5 billones de bolsas de plástico de usar y tirar [1]. Además, de todo el plástico producido en la historia, solo se ha reciclado el 9 %, y aproximadamente un 12 % se ha incinerado. Por lo tanto, el 79 % restante se ha acumulado en vertederos, basureros o en el medio ambiente. Afortunadamente, la conciencia sobre el tratamiento de los residuos plásticos está aumentando, debido en parte a visibilidad de éstos en zonas como mares, playas y ríos.