Abstract
En América Latina las áreas degradadas se han convertido en un factor de crecimiento. La escala y velocidad a la que se producen hace que este fenómeno sea visible como relevante en el imaginario de la ciudad latinoamericana. Este imaginario está asociado a la miseria y el deterioro, tanto en lo social como en lo arquitectónico. Así, las periferias de la ciudad latinoamericana se levantan desde viviendas autoconstruidas que reproducen en el espacio urbano (y visibilizan) las condiciones de marginalidad. Sin embargo, este fenómeno también evidencia cómo esta arquitectura se adapta a los múltiples cambios de sus habitantes. Desde el estudio de casos, conceptos y teorías que han trascendido y otras actuales, esta investigación aborda el estudio de estos valores y situaciones para, alejándose de su condición mitificada por lo heroico, establecer estrategias de proyecto para alcanzar una arquitectura flexible capaz de ser diseñada para absorber estas mutaciones.