Abstract
La realidad pone de manifiesto que los recientes y disruptivos avances que acontecen en las nuevas tecnologías –que evolucionan cada vez a un ritmo más acusado– están incidiendo, de manera notable, en la forma en la que nos comunicamos, trabajamos o efectuamos actos propios del consumo. Asistimos, en estos escenarios y en otros muchos, a un cambio social sin precedentes. La sociedad –y, con ello, el sector público y el sector privado– se ve más influenciada por las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). En este orden de cuestiones, podemos concluir que la digitalización que está protagonizando la sociedad está llamada a la consolidación de un nuevo orden en el que nos encontramos inmersos. Nos referimos a la sugerente estructura que se inicia con la cadena de bloques. El Blockchain, en efecto, se erige en una tecnología susceptible de impactar, de manera relevante, sobre los consumidores, o usuarios, y los empresarios.