Abstract
La siguiente investigación explora y atiende algunas preocupaciones sobre la escuela moderna. Ésta pareciera conformada de manera exclusiva como función de formar seres para el futuro, el desarrollo y el progreso acumulativo. Este estudio aborda tal delimitación, propone una reflexión filosófica educativa sobre las presencias y ausencias en la escuela y busca producir conocimiento crítico acerca de las formas de habitarla. Para ello se procede a la construcción de un marco teórico que toma en consideración las categorías de pedagogía de la presencia y pedagogía de la ausencia como nociones que habilitan la deconstrucción de saberes, prácticas y tiempos pedagógicos para otras formas de habitar la escuela. Desde el marco que ofrecen las epistemologías del sur y a partir de la comunidad de indagación propuesta por la Filosofía con niños/as y jóvenes se estudian dos comunidades educativas del sur de Mendoza. Se ingresa al estudio de campo con cuatro categorías – pedagogía, comunidad de indagación, buen vivir o vivir bien y colonialidad – y esta última, es el motivo del artículo. A partir de la conceptualización que ofrece Aníbal Quijano se busca identificar cómo se presenta en las escuelas la colonialidad, sus marcas; aquellas inscripciones y vestigios del patrón de poder colonial presentes en las dinámicas escolares, y es bajo tres formas que se identifican: colonialidad de la ausencia, colonialidad de la cuna y colonialidad de las valoraciones y las prácticas. Tales ofrecen un cierto mapa de coligación de huellas del patrón de poder colonial y posibilitan considerar prácticas que abren la comprensión del mundo.