Abstract
La historiografía posrevolucionaria mexicana acerca de las relaciones laborales en el estado de Chiapas ha dibujado una imagen unilateral al limitar sus interpretaciones a una visión simplista entre explotador y explotado. Esta actitud reduccionista ha negado la diversidad regional en lo geográfico y poblacional igual que ha desconocido los cambios y avances –impulsados por las necesidades del mercado internacional– sucedidos desde finales del siglo XIX, específicamente en las relaciones laborales entre fincas cafetaleras y población indígena. El análisis de la documentación interna de la finca Perú-París pretende abrir más el panorama historiográfico con una visión diferenciada de la realidad laboral en la primera mitad del siglo XX en Chiapas.