Abstract
En este artículo exploramos las “buenas intenciones” de un grupo de filántropos, empresarios liberales, seculares y reformistas que, con el argumento de impulsar la modernización urbana, propusieron desplazar a los limosneros de las calles centrales de la Ciudad de México para contenerlos en el Asilo Particular para Mendigos, fundado en 1879 y ubicado en la periferia urbana. Si bien las obras de la filantropía suelen estudiarse como formas de financiamiento del arte y la cultura o bien como respuesta para la educación y la higiene de los pobres, en este artículo nos centramos en el interés de los filántropos por fomentar el comercio y el ordenamiento urbano, a través de un proyecto asistencial. Asimismo, proponemos una definición acotada de la filantropía secular y sus características que pueden estudiarse a partir del caso específico del Asilo Particular de Mendigos y de las prácticas filantrópicas que le dieron sentido al interés público a finales del siglo XIX. Para sustentar este trabajo consultamos los informes de la Junta de Beneficencia Pública y los informes de las Actas del Consejo del Asilo, prensa periódica y otras fuentes, destacamos de éstas un documento peculiar sobre un estudio de las rutas que los mendigos recorrieron por la ciudad y que le dieron el sustento razonado a esta forma de filantropía en la Ciudad de México. Modern philanthropy used public interest as an argument for intervention in “social question”. The critical point of this text argue how "disinterested" were the "good intentions" of a group of philanthropists, liberals, secularists and reformists who, under the argument of urban modernization, sought to displace beggars from the streets to contain them in the Asilo Particular para Mendigos, founded in Mexico City in 1879. We show the social composition of the founding group and the many meanings on their social actions. We explore a peculiar research elaborated on the routes the beggars traveled through the city, that gave the reasoned support to the foundation. Using the “well-intentioned” argument of helping the poor, philanthropists exerted their influence on urban planning provisions, in addition to mitigating social tensions.