Abstract
La identidad que un hablante se atribuye tanto a sí mismo como a su destinatario en un discurso es crucial para conseguir sus objetivos comunicativos. A diferencia del discurso científico, que, en pos de la objetividad, tiende a la despersonalización de lo dicho, el publicitario, por su predominante función apelativa, está altamente modalizado y trata con determinación de hacer partícipe a su público objetivo del mundo evocado en él, imprimiendo una subjetividad al uso del lenguaje, reconocible, sobre todo, mediante las huellas deícticas. El presente estudio analiza, desde el marco de la teoría de la enunciación, cómo el Ministerio de Defensa español ha utilizado los deícticos personales en los titulares y eslóganes de sus gráficas publicitarias para construir, en cada momento histórico, la imagen del locutor y el alocutario más acorde con su propósito persuasivo. Los resultados permiten comprobar que el preeminente “tú” de los primeros anuncios de los años noventa dirigidos al reclutamiento dejó paso al “nosotros exclusivo” en las creatividades de los primeros dos mil destinadas a proyectar la nueva identidad corporativa de las Fuerzas Armadas; y a su vez, este ha compartido protagonismo con la tercera persona del plural y con el “nosotros inclusivo” y el cuantificador indefinido “todos” en las últimas campañas orientadas a incentivar la Cultura de Seguridad y Defensa.