Abstract
En este artículo —elaborado a partir de una metodología deductiva— se propone el análisis de los usos que de los emigrados ha hecho la política postrevolucionaria cubana —sea de acercamientos o de extrañamientos— y discute las perspectivas de este proceso para el futuro de la sociedad cubana. La emigración cubana ha significado para el estado insular tanto una fuente de ingresos económicos, como de recursos políticos. Su uso ha implicado su construcción ideológica como representante de un pasado sin regreso, y como tal, fue estigmatizado y convertido en eje de una política “denunciante” y excluyente. En la actualidad, sin embargo, la sociedad cubana —emigrada e insular— se torna crecientemente transnacional. Ello constituye una oportunidad para el despegue de la isla tras un cuarto de siglo de depresión y empobrecimiento, pero para ello se requieren políticas de acercamiento y un cambio radical en la propia concepción de la ciudadanía. This article —based on a deductive methodology— analyses the uses that the post-revolutionary Cuban policy has made of emigrants —be it of closeness or estrangement— and discusses the perspectives of this process for the future of Cuban society. Cuban emigration has meant for the island state both a source of income, as well as political resources. It has been ideologically built as representative of a past without a return, and as such it was stigmatised and excluded. Nowadays, however, the Cuban society, as a result of the intensification of links between both parties, becomes increasingly transnational. This is an opportunity for the launch of the island’s society after a quarter of a century of depression and impoverishment, but to do so, it requires policies of rapprochement and a radical change in the very conception of citizenship.